lunes, 21 de marzo de 2016

Little Secrets: Número 10 (Final)

Número diez

Jane miraba fijamente a su padre.
Él suspiró.
Ya sabes la historia de nuestra raza.
Al principio había dos bandos que convivían: Los magos de la luna llena y los magos de la luna menguante.
Sabes que hubo diferencias entre humanos y magos, por lo que se hicieron dos dimensiones.
Y entonces se enamoraron un mago de la luna llena y una maga de la luna menguante, y dieron a luz a gemelos. Una niña y un niño.
La niña se llama Ela, y es una maga de la luna menguante.
Él se llama Ircabeth, y es un mago de la luna llena.
Yo soy Ircabeth. Mi hermana se llamaba Ela.
Ambos nos volvimos inmortales, y líderes de nuestros bandos, pues éramos muy poderosos.
Durante siglos convivimos en paz, ambos bandos éramos felices.
Hasta que conocí a tu madre.
Fue hace poco, tal vez unos veinte años. Parecerán mucho, pero para alguien que ha vivido tanto como yo es un abrir y cerrar de ojos.
Ella era una maga de la luna menguante, y me enamoré profundamente de ella.
Nos casamos y éramos los más felices.
Ela también era feliz con nuestra unión, hasta que tu madre quedó embarazada.
De mellizas.
Ela enloqueció, supo que ellas eran fruto del amor entre razas, y que estaban destinadas a heredar nuestro poder.
Amenazó varias veces con matar a tu madre, pero yo me negué. Nuestro lazo de hermanos se comenzaba a debilitar.
Y entonces nacieron.
Eras tú. Y hermana, muy parecida a ti, a quien llamamos Alexandra.
Ela se coló a la habitación y estuvo a punto de matarlas.
Pero las defendí.
Tuvimos una batalla que lo sacudió todo. Duró una semana entera.
Aun así, nos dimos cuenta de que nuestros poderes no eran los mismos. Y de qué comenzábamos a tener miedo a la muerte.
Ya no éramos inmortales, y habíamos perdido nuestros poderes.
Ahora los tenían Alexandra y tú, quienes eran unas inocentes y puras bebés.
Con rabia, Ela asesinó a tu madre.
Yo, cegado por la ira, le lancé un maleficio. Su alma se separó de su cuerpo, lo peor que le puede pasar a un ser vivo.
Ella, como venganza, se metió en el cuerpo de tu madre, y huyó con Alexandra y contigo en brazos. La detuve, pero solo logré rescatarte a ti.
Yo sabía que Alexandra seguía viva, pues un brujo me dio un collar ligado a su alma, el cual se apagaría cuando muriera.
Las busqué por años, pero nunca las encontré.
Para evitar más pelea, tomé la decisión de que todos los magos de la luna llena nos mudáramos a la dimensión humana.  
Ahí cambié mi rostro, y mi nombre. Te mantuve oculta de todo el mundo, no podían saber que eras tú, pues sabía que Ela te buscaba.
Todo funcionó bien. Cuando había problemas nos íbamos.
Pero ahora tu poder es más fuerte, Jane.
No sé cuál es tu don especial, pero sí sé que es único, y que podría transformar totalmente el mundo de los magos.
Por eso te traje aquí. Donde dos antiguos amigos míos, el profesor Lancaster y el profesor Lown me ayudarían a protegerte.
Y supongo que eso es todo.
Jane lo miró, muda de asombro.
Su mundo cambiaba totalmente en dos segundos.
Ahora resultaba que su padre era un mago de lo más poderoso, y que tenía una hermana perdida.
Ah, y que su tía metida en el cuerpo de su madre quería matarla.
El profesor Lown la sacó de sus pensamientos.
-         Pude curarlos. A ambos, a Cooper y a Charles.
-         Me alegro- susurró su padre- Será mejor que los dejemos descansar.
Los profesores, su padre, Jane, Cameron y Megan salieron de la enfermería.
Todos se dirigieron a sus dormitorios.
El padre de Jane se acercó a ella.
-         Oye- susurró- ¿Está todo bien?
Ella negó con la cabeza.
-         ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué ocultarme todo?
Él la miró arrepentido.
-         Para protegerte.
-         Pues tal vez si me lo hubieras contado hubiera sabido que estaba en peligro.
-         Jane, yo…
-         Voy a dormir. Mañana hablamos de ello.
Se fue, mientras su padre la observaba preocupado.
***
Al día siguiente, desde que se despertó supo que algo iba mal.
Era sábado.
Mackenzie dormía tranquilamente.
Pero había algo tenso en el ambiente.
Suspiró. Seguro eran ideas suyas.
Entonces, vio el mensaje escrito en el espejo. Con sangre.
No volverás a ver a Skylar a menos que te reúnas conmigo en el centro del bosque.
Besos.
Se cubrió la boca, horrorizada.
Y corrió hacia la habitación de Cameron.
***
Cameron y Jane corrían hacia el centro del bosque.
Si no se apresuraban, Sky moriría en poco tiempo.
De repente, oyeron voces conocidas.
-         ¿Qué hacen ellos aquí?
Megan, Mackenzie, Anna y Thomas estaban en el bosque.
Cameron se acercó sigilosamente.
-         ¿Qué están haciendo?
Thomas se sobresaltó y los miró.
-         Venimos a buscar a Skylar. Mackenzie nos dijo lo que estaba escrito en tu espejo.
-         Pero…
-         ¡No podemos dejar que le hagan algo, sea quien sea!
Jane asintió. No había tiempo para explicaciones.
Se acercó lentamente a Cameron y le susurró al oído.
-         Sólo necesito que los mantengas alejados, no quiero que salgan heridos.
***
Adam, August y Max (los profesores) miraban fijamente a la directora Stacey y a Dylan, quienes tenían amarrada a Skylar en un árbol.
-         Debes liberarla.
La directora soltó una carcajada.
-         Saben quién me manda. Ela me ha dado una misión, y no me rendiré hasta tener a Jane.
***
Jane escuchó voces. La de su padre. Y los gritos de Skylar.
Corrió hacia el lugar de donde provenían los gritos.
Miró fijamente a su padre, los profesores, Dylan y la directora.
-         Al fin llegas, querida- murmuró la mujer.
Pero no lucía como la directora. Traía un viejo vestido, y su cabello se había tornado gris.
-         No entiendo- susurró Jane- ¿Qué es lo que está ocurriendo?
-         Simple. Tu tía me mandó a matarte. O a hacer que te unieras a ella.
Jane la miró.
-         Pues no voy a morir, ni me uniré a Ela.
-         Ya lo veremos.
Dylan se acercó lentamente, como si fuera un robot, a los profesores, y los atacó.
Mientras tanto, un ejército de sombras acorraló a los amigos de Jane.  
Jane lanzó un rayo dorado a la directora, y ésta atacó con uno plateado.
Después de un rato, acabaron una encima de la otra.
-         Voy a acabar contigo- susurró la directora.
Jane la miró furiosa, y le pateó el estómago.
La mujer soltó un suspiro y Jane se levantó de un salto.
Le lanzó un rayo en la espalda. La mujer soltó un grito.
-         ¿Quieres saber quién mató a tu madre? - preguntó la bruja riendo- Fui yo. Ela no se atrevía a hacerlo. Así que me dio a mí la misión a mí.
Una furia indescriptible se apoderó de Jane.

Mientras tanto, los profesores peleaban contra Dylan, quien no parecía sufrir ningún daño por los rayos.
-         Adam, tenemos que matarlo- gritó el profesor Lancaster- Antes de que él nos mate a nosotros.
-         No podemos- gritó el padre de Jane- August, tengo una idea. Podemos paralizarlo.
Max lo miró.
-         No sé cómo no sé me ocurrió antes.
Entre los tres pronunciaron unas extrañas palabras.
Y Dylan terminó como una estatua.
-         Lástima que sólo funcione con mortales- susurró Max.

Thomas se acercaba lentamente a Skylar con un cuchillo. Nadie, excepto Cameron, entendía muy bien que ocurría, ni que eran aquellos rayos color plateado que estaban lanzando la directora (quien parecía estar vestida de bruja) y Jane.
Pero a él no le importaba. Tenía que rescatar a Skylar pasara lo que pasara.
Cortó la soga que la mantenía atada y la ayudó a bajar.

Jane estaba en el suelo, con la boca sangrando y las costillas rotas.
Stacey la miraba fijamente.
-         ¿Realmente pensaste que podrías enfrentarte a mí, estúpida? Soy demasiado fuerte, y tú apenas tienes experiencia.
La chica la miró, desolada.
Se acercó lentamente a los profesores.
-         Es una lástima que ya no tengas el mismo poder que antes, Adam. Podrías haberme vencido en un abrir y cerrar de ojos. Pero ahora soy más poderosa.  
Hizo un movimiento con las manos y los tres profesores salieron volando.
Miró a Dylan, quien estaba inmóvil en el suelo, con desprecio.
-         Me fallaste, inútil incompetente.
Le lanzó un rayo dorado en el pecho.
No hizo falta preguntar. Dylan estaba muerto.
Mack soltó un grito.
Stacey volteó a verla, furiosa.
-         Acabas de irritarme, mocosa, y eso no te conviene.
Sea acercó y comenzó a lanzarle rayos, que, aunque no la mataban, la lastimaban.
-         Voy a torturarte hasta que mueras.

Jane lloraba a mares. No podía creerlo. Dylan estaba muerto, y pronto todos sus amigos lo estarían. Por su culpa.
Cameron se acercó corriendo, se puso de rodillas y le tomó la mano.
-         Jane…- susurró, y le limpió las lágrimas.
De repente, los ojos de Cameron se volvieron rojos, tan intensos como la sangre y letales como los labios de una mujer.
-         Cameron- susurró Jane escupiendo sangre- Tus ojos…
El chico ya no parecía él, y decidido apretó la mano de Jane, quien sintió como si todas sus heridas se curaran, y una fuerza indescriptible se apoderó de ella.
Jane se puso de pie, con un ojo de color dorado y de color plateado.
-         Stacey- gritó- déjalo en paz.
La mujer volteó furiosa, su expresión denotaba sorpresa.
-         No me llames por mi nombre.
Jane soltó una carcajada, alzó las manos, y sin esfuerzo, ni con el conocimiento de en dónde lo había aprendido, pronunció unas extrañas palabras.
La mujer puso cara de horror, y abrió la boca, pero antes de pronunciar algún sonido, se volvió de piedra.
La chica, mirando sus manos, cayó al suelo, inconsciente.
***
Jane despertó en su habitación, con un grito.
Cameron la miró con una sonrisa.
-         ¿Qué ocurrió? - preguntó ella- ¿Dónde están todos?
-         A salvo. Tu padre tuvo que explicarles lo que vieron, y parecen haberlo aceptado. Aunque Mack está destrozada por lo de Dylan.
-         ¿Y qué dijeron de Dylan? ¿Sus padres qué creen que ocurrió?
-         Les dijeron que algo lo atacó en el bosque.
Jane se limpió las lágrimas, furiosa.
-         ¿Y la directora?
Ella asintió.
-         Le ganaste, Jane.
-         Yo… no estaría tan segura, Cam.
Él la miró confundido.
-         Cameron… ¿sí lo recuerdas? ¿Cuándo me tomaste la mano?
Él asintió.
-         Creí que lo que me ocurrió… lo habías hecho tú.
Jane rio. Se sorprendió al descubrir que no le dolían las costillas, estaba perfecta.
-         Fuiste tú, Cameron. Algo en ti me hizo sanar, y además me dio una fuerza que no había sentido antes. No sé qué eres, pero sea lo que sea, tiene que ver con eso.
Cameron la miró confundido.
-         Realmente no quiero hablar de eso. Es… confuso.
Jane asintió.
-         ¿Y cuál es el gran poder del que hablaba Stacey?
La chica lo miró.
-         Secretos.
-         ¿Qué? - preguntó él confundido.
-         Al principio no me di cuenta. Pero después de un tiempo, me pareció extraño que todos me contaran sus secretos, así como así.
-         Entonces…
-         Ese es mi poder, Cameron. La gente me cuenta sus secretos sin quererlo, y creo que es muy peligroso. Y si aprendo a dominarlo…
-         Podría ser la clave de todo.
Jane asintió.
Cameron le tomó la mano.
La chica sonrió.
Y pensó que era irónico.
La chica que más secretos había guardado, era la única que los sabría todos.
***
Adam miraba fijamente a un colgante.
El colgante que le decía si Alexandra estaba viva. Aún brillaba.
Sonrió.
-         Voy a encontrarte, Alexandra. Aunque sea lo último que haga.
Con la mirada en el cielo, guardó el colgante, sin dejar de prometer lo mismo una y otra vez.

FIN DEL PRIMER LIBRO

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