Número
ocho
Jane caminaba despreocupada por el internado, iba de
la mano de Cameron.
Entonces, Charles se acercó lentamente a ellos,
tosía.
-
¿Charles?- susurró Cameron-¿Estás bien?
Él cayó al suelo de cara.
-
¡Charles!- gritó Jane asustada.
Lo levantaron, el chico respiraba lentamente.
-
Cooper- susurró antes de desmayarse.
Jane y Cameron se miraron extrañados.
***
Estaban reunidos alrededor de Charles, la enfermera lo revisaba.
Estaban reunidos alrededor de Charles, la enfermera lo revisaba.
Le quitó la playera. Los tres hicieron una mueca.
Tenía una cortada, pero en lugar de brotar sangre
brotaba una sustancia negra.
Jane miró a Cameron.
-
Tenemos que decírselo a mi padre. Todo.
***
Cameron y Jane miraban fijamente al señor White.
Cameron y Jane miraban fijamente al señor White.
Le habían contado todo. Que Cameron lo sabía, que
probablemente no era un mortal, que el
profesor Lown y el profesor Lancaster se habían besado y que sabían su secreto,
que un rayo había golpeado a Anna y a Cooper, que habían curado a la primera
pero el segundo no parecía haberle pasado nada y lo que acababa de pasar con
Charles.
-
Bueno… es mucha información para
digerir. Antes que nada, me alegra que al fin hayas decidido decirle a alguien
tu secreto.
Jane lo miró confundida.
-
Jane, tienes que crecer. Y dejar tus
secretos, algún día tendrás que gritarlos al mundo.
Jane abrazó a su padre.
-
Y… los profesores solo están tratando de
protegerte.
-
¿Qué?
-
Venimos aquí por ellos, Jane.
La chica alzó una ceja.
-
Ellos me contactaron. Sabían de ti, y de
alguien que estaba buscándote. Me dijeron que tenías que venir aquí
inmediatamente para protegerte. Pero al parecer te han encontrado.
-
¿Quién me está buscando?
-
No lo sé, Jane.
Cameron lo miró.
-
¿Y cómo sabemos que no son ellos los que
la buscan?
-
Miren… sé que no les agradan, pero yo
confío en ellos. Y podrán ayudarnos con lo de Charles.
***
El profesor Lown, el profesor Lancaster, El Sr.
White, Jane y Cameron estaban reunidos en la enfermería.
-
Mmm…
La enfermera se había ido por indicación de los
profesores.
-
Alguien le enterró una daga oscura- murmuró
Lown.
-
¿Una qué?- preguntaron Cameron y Jane al
mismo tiempo.
-
Una daga impregnada en oscuridad.
Ambos asintieron, fingiendo que sabían de qué
hablaban los profesores.
-
Iré a mi habitación a buscar el remedio-
susurró Lancaster.
-
Y yo- contestó Lown.
Ya
se van a enrollar mientras Charles se muere pensó Jane
rodando los ojos.
-
No tarden mucho- dijo ella.
Tomó la mano
de Charles, preocupada. Y se transportó a otro mundo.
Era una habitación oscura. Escuchó un sollozo.
¿En
dónde estoy? Pensó confundida.
Había una cama con funda azul, y sentado en ella
estaba un niño de unos trece años, con cabello negro y ojos azules.
Charles.
Tenía un cuchillo en la mano y se cortaba las
muñecas mientras miraba al cielo y lloraba con fuerza.
A Jane se le hizo un nudo en el estómago y tuvo
ganas de hacerse bolita en el suelo.
Pero decidió que ayudaría al joven Charles.
Le tocó el hombro, pero lo traspasó.
Estaba viendo los recuerdos de Charles.
Entonces, un grito la despertó.
-
¡Jane!
La chica miró a los alrededores, estaba tirada en el
suelo.
Ya era de noche, sintió un dolor en la cabeza.
La voz era de su padre. Vio a Cameron amarrado a la
pared. ¿Cómo había llegado él ahí?
El profesor Lown intentaba despertar al profesor
Lancaster, quién estaba tirado en el suelo, inconsciente.
Su padre la miraba alterado.
A Jane le entró un terror indescriptible.
El hombre estaba tirado en el suelo, con la muñeca
torcida.
Y detrás de él estaba Cooper, con un líquido negro
saliendo de su boca.
-
Voy a matarte, Jane White.
Jane lo miró fijamente.
-
No, yo voy a matarte a ti.
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